Por Mariale Salas
Beber suficiente agua a lo largo del día es esencial para mantener nuestro cuerpo hidratado y funcionando de manera óptima. Sin embargo, la forma en que distribuimos nuestro consumo de agua puede afectar su eficacia y los beneficios que obtenemos de ella. En este artículo, exploraremos algunas estrategias para distribuir de manera inteligente la ingesta de agua a lo largo del día y mantenernos correctamente hidratados.
Una excelente manera de comenzar el día es beber dos vasos de agua en ayunas. Durante la noche, nuestro cuerpo pierde agua debido a la respiración y la transpiración, y beber agua por la mañana ayuda a reponer esta pérdida y activa nuestro sistema digestivo. Además, es una forma fácil de establecer un buen hábito de hidratación desde el principio del día.
Beber un vaso de agua unos 30 minutos antes de las comidas también puede tener varios beneficios. En primer lugar, ayuda a evitar la confusión entre sed y hambre, lo que puede llevar a comer más de lo necesario. Además, el agua puede preparar el sistema digestivo para recibir los alimentos, facilitando la digestión.
De igual manera, llevar una botella de agua contigo durante el día te recordará constantemente la necesidad de hidratarte. Puedes optar por una botella reutilizable y mantenerla siempre contigo, ya sea en el trabajo, en la escuela o cuando sales a hacer recados. De esta manera, es más probable que tomes sorbos de agua con regularidad.
Antes de tomar un baño, un vaso de agua también es recomendable ya que se regula la presión arterial y dejarás de sentir esa sensación de deshidratación al salir de la ducha.
Un consejo es configurar recordatorios en tu teléfono o utilizar aplicaciones de seguimiento de hidratación para recibir notificaciones que te recuerden tomar un vaso de agua cada cierto tiempo. Estos recordatorios pueden ser especialmente útiles si tiendes a estar inmerso en el trabajo o en otras actividades durante largos períodos.
Cada persona es diferente, por lo que es esencial escuchar las señales de tu propio cuerpo. Si sientes sed, es un indicio de que necesitas agua, así que no ignores esa sensación. También presta atención a cómo te sientes después de beber agua; si te sientes más alerta y con más energía, es una señal de que te estás hidratando adecuadamente.
Distribuir inteligentemente tu consumo de agua durante el día te ayudará a mantener un buen equilibrio de hidratación y disfrutar de sus numerosos beneficios para la salud. ¡Así que no esperes más y comienza hoy mismo a hidratarte de forma inteligente!