Las últimas lluvias serían insuficientes para distribuir el agua entre la capital peruana.
Según información pública, 635.000 limeños y limeñas no tienen acceso a agua potable. Un 6% de la población de la ciudad debe comprar este recurso básico a los camiones cisterna. Incluso, pueden pagar sobreprecio por aguas no capacitadas para el consumo humano por provocar posibles enfermedades. Esto empeoraría por el fenómeno El Niño.
El cambio climático acelerado continúa causando un conjunto de alteraciones que distorsionan el ciclo natural del agua, en especial el que arriba a Lima. El secamiento de los reservorios que distribuyen este recurso a todas las provincias de la capital se desató luego del invierno más seco de los últimos años y las lluvias focalizadas en la sierra.
Según especialistas, no basta solo con lluvias en Lima; esta debe dividirse en zonas estratégicas para que no resulte dañina. Por ejemplo, si el agua desciende de las nubes hacia niveles geográficos no adecuados, pueden ocurrir huaicos. Esto, además, dificulta la potabilización del agua, tal como indicó un reportaje de Latina.
Ante esta situación, Héctor Piscoya, presidente del Servicio de Agua Potable y Alcantarillado de Lima (Sedapal), alertó que Lima podría quedarse sin agua en los siguientes meses. Por ello, la población cumple un papel de gran importancia: puede evitar la escasez de este recurso a gran escala.
«Vecinos de Lima y Callao, les pido, por favor, que ahorren el agua porque después podría ser tarde con consecuencias que no queremos que sucedan», manifestó al dominical ‘Punto final’.
Redacción Radio Sensible
Por Shari Asencio