El país europeo esperó con ansias la final del Mundial.
El Papa Francisco arribó a Marsella para ser parte en un evento de gran importancia, aunque este no tuvo el impacto esperado debido a la coincidencia con una final mundial de rugby.
Como parte de su recorrido denominado ‘Encuentros del Mediterráneo’, el sumo pontífice llegó a esta ciudad francesa, marcando la primera visita papal en cinco siglos, desde la última realizada por Clemente VII en 1533.
La visita apostólica, programada para los días 22 y 23 de septiembre, representaba una ocasión única en la historia moderna de Marsella. Desde su anuncio, generó grandes expectativas a causa del gran número de seguidores religiosos. Cabe mencionar que Francia es el país que más veces ha visitado el líder argentino.
No obstante, en lugar de encontrar un ambiente de paz y devoción, el Papa se topó con un panorama totalmente distinto. Las calles estaban llenas de personas vistiendo camisetas azules, celebrando con cerveza, pelucas, cánticos y bailes festivos, señales de que la ciudad estaba inmersa en una fiesta deportiva.
El Papa Francisco llegó en silla de ruedas a Marsella a las 4 de la tarde, hora local, y fue recibido por el Nuncio Apostólico en Francia, Monseñor Celestino Migliore, y por Élisabeth Borne, la primera ministra. El Santo Padre había escogido la segunda ciudad más grande de Francia, después de París, para “promover el mensaje de caminos de paz, de colaboración e integración”.
Sin embargo, muchos habitantes de Marsella ignoraron su llegada, centrándose en la final del Mundial de rugby en la que Francia venció a Namibia. Incluso, algunos turistas argentinos admitieron no estar al tanto de la visita de su compatriota. Como resultado, miles de aficionados se “perdieron” los primeros momentos del encuentro con la figura papal.
Redacción Radio Sensible
Por Shari Asencio