Pioneros de la vacuna contra la COVID-19 reciben Premio Nobel de Medicina 2023

Se reconoció el aporte en la tecnología del ARN mensajero, un paso que permitió desarrollar las vacunas que detuvieron la pandemia.

 

Ayer, la Academia Sueca informó que otorgará el Premio Nobel de Fisiología o Medicina 2023 a los bioquímicos Katalín Karikó y Drew Weissman por sus contribuciones en la comprobación de la seguridad y eficacia de las vacunas de ARN mensajero.

Este avance tecnológico fue esencial para el desarrollo de las primeras vacunas COVID-19, tales como la de Pfizer y la de Moderna, que se utilizaron durante la pandemia. Karikó, la bioquímica húngara de 68 años, y Weissman, bioquímico estadounidense de 64, ya habían recibido el premio Breakthrough por este mismo avance científico el año pasado.

Como ganadores del Nobel, ahora compartirán un premio de 11 millones de coronas suecas, lo que equivale a 997.000 dólares. «Las vacunas han salvado millones de vidas y prevenido enfermedades severas en muchas más, permitiendo a las sociedades abrir y regresar a condiciones normales», expresa el Instituto Karolinska, la institución detrás de esta prestigiosa premiación.

Katalín Karikó, que también posee la nacionalidad estadounidense, se convierte en la primera húngara en recibir un Premio Nobel y la decimotercera mujer en ser galardonada en la categoría de Medicina.

Además de la mencionada distinción, Tedros Adhanom Ghebreyesus, director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), felicitó a estos dos bioquímicos por su dedicación a la ciencia, que “ayudó a salvar vidas».

¿Cómo actúa la vacuna de ARN mensajero?

Las vacunas de ARN mensajero representaron un avance significativo en la inmunización antes de la pandemia de COVID-19. Esto se basaba principalmente en tres tipos de vacunas diferentes: 

  • Las que utilizaban patógenos debilitados o desactivados para no generar una respuesta parecida a la enfermedad (como las vacunas contra el sarampión o la polio)

 

  • Las que contenían proteínas del virus (como los inmunizantes contra la hepatitis B y el papiloma humano)

 

  • Las que se basaban en vectores, cuando parte del material genético viral era transferido a otros virus inofensivos (como las vacunas contra el ébola)

Sin embargo, Karikó y Weissman demostraron la seguridad y eficacia de un nuevo enfoque, que consistía en introducir moléculas de ARN en las células humanas para proporcionar instrucciones sobre cómo defenderse contra un patógeno específico.

Durante la pandemia, este enfoque resultó ser más rápido de desarrollar y más adaptable a medida que el virus SARS-CoV-2 mutaba durante la propagación a gran escala.

 

Redacción Radio Sensible

Por Shari Asencio

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