Por Mariale Salas
Geraldine Fernández, una ilustradora colombiana, se volvió centro de atención al afirmar que había trabajado en la película de animación «El niño y la garza» del renombrado director Hayao Miyazaki y el prestigioso Studio Ghibli. Aunque inicialmente declaró haber contribuido a los primeros 15 minutos de la película, su participación no fue corroborada por los medios y su nombre no aparecía en los créditos. La polémica escaló cuando la película ganó un Globo de Oro, y a pesar de la evidente discrepancia, Fernández sostuvo su versión original.
La magnitud real de su contribución resultó ser mucho menor de lo que inicialmente afirmaba, lo que llevó a la ilustradora a reconocer públicamente que había exagerado su participación en la película. En un comunicado posterior y durante una entrevista, Fernández admitió que, en realidad, no había trabajado en «El niño y la garza». Esta retractación fue seguida por una declaración de Christian Daes, el jefe de Fernández, quien rompió el silencio pidiendo disculpas por no haber corroborado adecuadamente la participación de la ilustradora en la película.
La historia de Geraldine Fernández se convirtió en tema de memes y generó controversia tanto en Colombia como en otros países, destacando la importancia de la verificación de hechos en el mundo digital y la repercusión de las afirmaciones infundadas en la reputación de los profesionales.